viernes, 14 de marzo de 2014

SHUTTLEBALL

SHUTTLEBALL


Los juegos de palas, generalmente, consisten en golpear una pelota o volante contra una pared (frontón), o bien dirigiéndola hacia un compañero (cooperación) o contrincante (oposición). Al shuttleball se puede jugar individuales, dobles y en ambos casos mixtos.

 De igual forma, se puede jugar en forma recreativa, golpeando el volante y tratando de que no caiga al suelo, sin reglas, ni delimitación de campo, ni tantos. Si se prefiere jugar de manera más competitiva, se pactarán o establecerán unas reglas de juego, así como un terreno delimitado y con una red central o bien se podrán aplicar las reglas del bádminton. 


Podemos hacer este material un poco más polivalente puesto que permite una amplia gama de posibilidades, podemos jugar con la mano e incluso, puede utilizarse la raqueta para golpear pelotas de tenis o en otros juegos gracias a su gran consistencia.

El Shuttleball es un juego que podríamos llamar en castellano “lanzamiento de volante gigante” o “volante gigante”. Es una reciente modalidad de juego con raqueta y parece que aparece por primera vez en Inglaterra. Resuelve los problemas del Bádminton al aire libre y del encordaje de raquetas.

Para jugar se utilizan dos raquetas anchas (4 cm) de plástico duro y rígido y un volante gigante.

El volante: Tiene la misma forma que un volante de bádminton pero su peso (50 g.) y tamaño son mayores, en total mide 17 cm. Podemos dividirlo en dos zonas bien diferenciadas, la cabeza con una circunferencia de 23 cm y es similar a una pelota de goma espuma con vivos colores y las plumas, posee 16 plumas de plástico de 12 cm que están unidas en una sola estructura que se incrusta en la cabeza del volante.



La raqueta: De una sola pieza de plástico duro y rígido con un peso de 255 g. Su empuñadura o mango mide 16 cm de largo y 3 cm de diámetro. La superficie de golpeo es de 24 x 18 cm y 4 cm de grosor presentando una estructura plástica hueca, siendo un cuadro de plástico y otro hueco sucesivamente hasta conformar lo que sería el cordaje de una raqueta convencional.




 Su práctica produce trasferencias positivas hacia juegos de raqueta en especial el bádminton, aumenta la coordinación dinámica general y óculo manual, desarrolla el dominio corporal y de objetos, permite una mejor estructuración y ajuste espacio temporal y aumenta y mejora las capacidades físicas de los alumnos así como las relaciones interpersonales.

© Emilio Umbría Cruz

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